El Día de Muertos en Michoacán

Michoacán de Ocampo es el estado donde se encuentra la comunidad alfarera de Capula, perteneciente a la ciudad capital Morelia.

Michoacán proviene del náhuatl "Lugar de pescadores", cuna del imperio purépecha que se extendía por otros estados del centro de México. Su gastronomía, la arquitectura, sus danzas y ritos lo hacen uno de los lugares más exquisitos de la República Mexicana.

Desde Capula hasta Pátzcuaro y Tzintzuntzán se puede encontrar una gran tradición que gira en torno al Día de Muertos.  Entre los mejores cementarios para visitar están la isla de Pacanda, la isla de Janitzio, el ya mencionado Tzintzuntzán, Zurumútaro, Santa Fe de la Laguna y el lago de Zirahuén.

Desde la prehistoria, los humanos rindieron culto a sus ancestros, y para ello ejecutaban diversos rituales, dependientes de sus creencias y que avanzaron con el enriquecimiento de las religiones mismas. Existían quienes creían en la inmortalidad del alma, o una trascendencia a la vida terrenal.

Principalmente el hombre buscó su forma de trascender la vida, y hay quien dice que la muerte llega hasta que se te nombre por una última ocasión y no con la muerte física misma.

Mientras en algunas civilizaciones se llega a conocer gran homogeneidad en su culto a la muerte, en México se halla una gran diversidad por la mezcla de las culturas prehispánicas y la religión católica predominante. Particularmente el culto a la muerte prehispánico estaba muy arraigado en las culturas indígenas, y es por ello que trascendió a la conquista.

Cuando el individuo muere, su alma continua viviendo con todas las que han dejado el espacio terrestre, en el Mictlán. Un lugar tranquilo y pacífico, un lugar de descanso. El día de muertos es el día que regresan a visitar a sus familiares, donde le recibirán con su Altar según la tradición, y por ello siempre será un día de alegría y serenidad. El altar normalmente tiene la comida y la bebida favorita del difunto, pues al ser un día al año hay que tratarlo como se merece.

Parece ser que del Mictlán a sus antiguos hogares o rumbos que frecuentaban es una travesía sencilla, diferente a la primera ocasión que fueron al Mictlán, por lo que regresan alegres, con nostalgia.

En México se preparan los agricultores desde meses antes para tener no solo el cempasúchil listo, pues se necesitan flores, tradicionalmente, de colores amarillos, anaranjados, algunos tonos rojizos, blancos y morados. Las veladoras y cirios, junto con inciensos deben estar listos igualmente. Naturalmente con los últimos tendremos algunos candelabros de barro para disponer los elementos.

Finalmente, se combinó esta tradición prehispánica con la tradición cristiana de los Fieles Difuntos, sin embargo, esta combinación no añadió ninguna formalidad religiosa a la tradición y más bien se fortaleció la tradición original. Llega a tener una mayor relevancia que la celebración a la Virgen de Guadalupe.

La muerte es una vía para que el alma deje lo terrestre. Esta tradición que va del 1 al 2 de noviembre, correspondiendo el primer día a la velación de los que llaman en México, Angelitos, que son los niños y niñas que no llegaron a la adultez; y el segundo día al resto de los difuntos. La participación en ambos días y rituales por parte de los pequeños es importante y se les inculca desde temprana edad, razón por la que también se ha mantenido esta bonita tradición con el paso de los siglos.

Cuando se vela a los Angelitos los niños cumplen la principal función de acompañar dentro del cementerio, y que además son quienes darán la mejor muestra de afecto a las almas visitantes. Se lleva a cabo durante las primeras horas del día.

En el primer ritual de un difundo se hace un altar que se compone de una cruz adornada con calaveritas o ánimas y flores de cempasúchil. Pan de muerto, calaveritas o dulces azucarados, agua o algún licor, sal, alimentos principalmente frutales, todos del gusto del difunto. Candelabros de velas que figuren una cruz y copal se harán presentes. Desde la puerta de la casa hasta el altar se hacen caminos con los pétalos del mismo cempasúchil. Una guía para los visitantes de ultratumba.

Para la celebración a estos difuntos en su primer Día de Muertos, se considera en algunas poblaciones que están en el Limbo todavía, por lo que el 1 de noviembre se les danza hasta que llega la medianoche con el 2 de noviembre, momento preciso donde se les juzga y da entrada o no con el Eterno.


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