Origen de la Catrina

La Catrina es el símbolo de la muerte en México.

Su sombrero estilo francés fue dado por José Guadalupe Posada, quien la hizo aparecer en escena en 1912.

Su nombre original, la Calavera Garbancera surge como una crítica al clasismo de la sociedad mexicana, que hoy todavía podemos encontrar. Los vendedores de garbanzo negaban su origen indígena y querían tener un estilo de vida como el de los europeos en México.

"Tanto los ricos como los pobres mueren".

Desde ese momento, el artista usó calaveras y esqueletos para acompañar sus rimas sarcásticas sobre política, religión y la vida cotidiana de México. Una de sus frases más famosas es: “Todos somos calaveras”, cuyo significado es que todos somos iguales, y no importa cómo comamos, vistamos o cuánto nos arreglemos para estar guapos o para parecer más importantes.

Otra cita destacada de Guadalupe Posada fue: “La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”.

Años más tarde, en 1947, el pintor mexicano Diego Rivera le dio cuerpo y su vestimenta clásica a la calavera de Guadalupe Posada en su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. Rivera colocó a la Catrina en el centro de la pintura y la llamó Catrina por ser la versión femenina del catrín, que era ya un nombre muy popular para definir a los hombres de alta sociedad que se vestían de forma refinada y querían llamar la atención para presumir de su buena posición social. El término catrín, a su vez, se popularizó en México en la época del Porfiriato (1876-1911), época caracterizada por la gran desigualdad que había en la sociedad.

Obra de Diego Rivera de la Catrina Garbancera

“…en los huesos pero con sombrero francés con sus plumas de avestruz”, cita el artista José Guadalupe Posada.

"Hay hermosas garbanceras de corsé y alto tacón, pero han de parar en calaveras, calaveras del montón".


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